La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos mejorar de nuestro interior.
Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:
La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás vean sólo nuestra actitud exterior; lo que importa es nuestra actitud interior.
La disipación: esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.
La multitud de palabras: esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria, sino de escuchar a Dios. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón, porque a Dios no se le puede engañar.
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