Él es una prueba de fe. A pesar de que el destino le hizo una mala jugada, para Alberto Daniel Martínez es un privilegio estar con vida y sólo pide un poco de apoyo para seguir adelante, pues no desea ser una carga para la sociedad.
ANTECEDENTES
Todo se inició hace tres años cuando Alberto, de 21 años, participó de un partido de fútbol en una cancha al lado de la Renta 10 en Calidonia y, al ir a tomarse un refresco en compañía de unos amigos, quedó en medio de una balacera. Allí fue herido en la nuca, lo que le ocasionó paraplejia.
EN LA ACTUALIDAD
Hoy, sigue viviendo en el edificio Arraiján, al lado de Renta Diez. Cuenta con el apoyo de su madre, la señora María Lourdes Martínez, quien desde entonces lo ha cuidado dentro de las limitaciones económicas, ya que en el hogar nadie está trabajando, y su padre está con problemas de salud, lo que impide que labore.
SUS SUEÑOS
Su principal ilusión es ser útil para la sociedad, estudiar y tener su negocio en reparación de computadoras y que su madre, Técnica en Menores Inadaptados por la UDELAS, pueda trabajar y desempeñarse de forma positiva.
SU IDEAL ERA...
Antes del accidente Alberto quiso ser ebanista. Sin embargo, aspira a reparar computadoras.
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