Querer es poder. El empuje de Tomás Morán Ojo es lo que lo ha convertido en un ganador y en un exitoso empresario.
La tierra del Cristo de Esquipulas, Antón, es su pueblo natal. Justo allí es donde tiene la fábrica de tortillas más famosa del área.
DE LA NADA
Hace 10 años surgió la idea. Tomás siempre buscaba una forma creativa de hacer dinero, hasta una tienda tenían, la cual era atendida por su esposa Carmen Cedeño. Pero él aspiraba a más, hasta que un día, mientras visitaba un súper mercado descubrió que no había tortillas.
La gente preguntaba y nada. Fue entonces, cuando le interrogó a la dueña del local, que era una asiática. Ella le respondió, que sí le traían, pero no tenían permisos y siempre se los decomisaban. ¡Bingo!
ALLI COMENZO TODO
Al principio, sólo trabajaban 30 libras, que eran molidas manualmente. No había luz, no había transporte, por lo tanto a él le tocaba caminar un kilómetro para embarcar la mercancía en un bus que se dirigía a Penonomé.
El punto de venta era el mercado de Penonomé y Antón. Él, su esposa y sus dos hijos eran los únicos empleados, de ahí sacaban para comer, para ir a la escuela y otros gastos básicos. Eso sí nadie cobraba.
Ahora la historia es otra. Son 3 quintales de maíz que se procesan. Tienen empleados y hasta transporte.
GANADOR
Es tal el empuje de Tomás que hace poco fue reconocido en la premiación del Proyecto Premio Microempresa para el Desarrollo PREmic 2007, por el éxito que ha tenido su empresa Fábrica Don Tomy, que después de 10 años es un ejemplo para otros microempresarios. Él recibió el apoyo de Microserfin para su negocio. Para Tomás parte del éxito de su empresa se lo debe a sus clientes, quienes fueron los encargados de promover las tortillas.
PREMIADO
El reconocimiento de Tomás Morán estuvo en la categoría rural, en la que también se reconoció a tres microempresarios. |