María Argelis Giraut tenía 52 años. Ayer fue a llevar unas telas a casa de doña Elva Durán para que le hiciera unos pantalones blancos que usaría su hijo Luis, quien estudia Medicina.
Cuando se bajó del panel, al parecer tuvo problemas con el freno de mano, y en la bajada de la calle Tomás Herrera, de la barriada San Antonio, el vehículo se deslizó.
Corrió, se quitó los zapatos e intentó subirse al auto, según cuenta Elva, para detenerlo, pero la velocidad lo impidió, y más bien la succionó debajo del auto, para luego arrastrarla varias cuadras hasta chocar contra un árbol.
María manejaba el auto de su propia empresa dedicada a las instalaciones de antenas parabólicas. Antes de salir de su casa su hijo le dijo, como presintiendo la tragedia, que no saliera y que tuviera mucho cuidado; sin embargo, en pocos minutos sucedió lo peor, su madre estaba tirada en el pavimento debajo de su propio busito.
Al área llegaron unidades de rescate del Cuerpo de Bomberos, quienes intentaban verificar si se encontraba aún con vida; no obstante, la respuesta fue negativa. Mientras se mantenían las autoridades policiales a la espera de los funcionarios de la Fiscalía Auxiliar para el levantamiento del cuerpo, Luis llegó al área preguntando por su madre. "En qué hospital está", decía.
Muy sereno se dirigió cerca al panel y empezó a buscar con la mirada a su mamá, cuando le manifestaron que ella permanecía sin vida.
Según los vecinos del área y las personas que la conocían, María era humilde y trabajadora. Estaba muy contenta porque su hijo ya usaría el uniforme de médico y porque su otra hija también está estudiando medicina.
Trabajaba como sub-contratista de una empresa de antenas parabólicas y vivía junto a sus hijos y su esposo en San Antonio. La muerte la alcanzó sin poder llegar a ver a sus hijos ejerciendo la profesión que tanto la llenaba de orgullo.
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