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Lineth Rodríguez | DIAaDIA |
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Los niños no deben tener un reloj al lado para saber cuánto tiempo debe estudiar. Este es un trabajo de dedicación. En los países atrasados donde no hay colegios u otros recursos educativos, los niños empiezan a trabajar a edades muy tempranas (antes de los 9 años) y su jornada de trabajo en duras faenas agrícolas o de otro tipo es de sol a sol. Esto no debe suceder con nuestros hijos, hay que tener muy claro que la máxima prioridad es el aprendizaje y nuestro compromiso como padres es de incentivarlos a que realicen todas sus tareas sin exceder el tiempo. Es también importante que estos complementen los estudios con actividades extraescolares como deportes, y actividades que los relajen, ya que tanta presión tampoco es sana y podrían nuestros hijos sufrir esas consecuencias más tarde.
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