Su situación iba en decadencia, pero él se inspiró en su familia y decidió convertirse en su propio jefe y comprar algunas alimentos secos para vender a los que pasaban por el puente del Hospital San Miguel Arcángel de San Miguelito, primer lugar que utilizó para establecerse como comerciante.

Fue así como se abrió camino en las ventas, pero por cosas del destino le dijeron que tenía que abandonar el lugar, pues no estaba permitido vender allí, por lo que decidió cambiarse en la parte de abajo del puente, donde al principio pensó que no tendría futuro, pero sus clientes no lo abandonaron y todo marchó como antes.

AHORA ES OTRA PERSONA
Gracias a su interés de progresar, ahora su pequeño negocio ha sido ampliado, tiene un pequeño busito donde transporta sus alimentos y ha añadido otros productos como chichemes, emparedados y las clásicas burundangas para los más pequeños.

Su prosperidad ha logrado unir a su familia a tal punto que todos cooperan a la hora de vender y su esposa ya tiene un tiendita pequeña en San Cristóbal, Juan Díaz para mejorar su economía.

Para todos hay. "Si hubiera más personas trabajadoras en Panamá no hubiera tanta delincuencia, las personas se escudan en el desempleo, pero no es correcto, él que verdaderamente tiene interés de surgir lo hace sin importarle nada, solo triunfar, además de no tener pena", aseguró el señor Kelly para aquellos que dicen que no hay como sobrevivir en Panamá.

ECONOMICOS
En el puesto del señor Kelly puedes almorzar con tan solo B/ 1.50 en adelante.