Los inmigrantes iberoamericanos prefieren a los españoles como cónyuges, por delante de sus compatriotas latinoamericanos, de los europeos y, sobre todo, de africanos o asiáticos, a los que se unen en muy raras ocasiones. Por sexo, ellas lo tienen claro a la hora de elegir a un español como pareja, mientras que ellos son más proclives a compartir su vida con mujeres de su mismo continente.