Triste despedida. La Plaza de Francia pasó de ser un apacible sitio de diversión para convertirse en el lugar donde el llanto y la tristeza invadían a sus visitantes.
No era para menos, pues desde muy temprano, cientos de personas llegaron a la sede del Instituto Nacional de Cultura (INAC) para despedir a uno de los grandes: Anel Omar Rodríguez, quien fungía como director de esa entidad.
Rodríguez perdió la vida el martes, cuando quedó en medio de un intercambio de disparos producto de un robo que pretendían perpetrar en la Lotería Nacional. Por este caso, también murió el guardia de seguridad Samuel Monroy, de la empresa Transportes Blindados.
Luego de que familiares, amigos y conocidos le hicieran tributo en el INAC, el féretro de Rodríguez fue trasladado a la Catedral Metropolitana donde monseñor Dimas Cedeño fue el encargado de la liturgia. Él aprovechó para pedir a las autoridades que hagan algo para frenar la delincuencia, pues está incontrolable.
Tras culminar la ceremonia, se realizó una caravana hasta llegar a Aguadulce, su tierra natal. A su paso, se hizo una parada en la Escuela de Bellas Artes, puesto que Anel Omar murió con el anhelo de verla inaugurada.
En tanto, algunos amigos y vecinos del pueblo que lo vieron nacer y convertirse en un profesional, en medio del dolor, con pancartas y gritando, pedían un cese a los homicidios en el país.
Finalmente, el cuerpo fue llevado a la Iglesia San Juan Bautista, donde lo esperaban miles de coclesanos.
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