Obreros georgianos derribaron la prisión Ortachala, la más antigua de Tiflis y que fue escenario de 40 ejecuciones durante la época soviética. La demolición de la cárcel la ordenó el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, quien consideró "infrahumanas" las condiciones en que se encontraban los 2,600 reos de esa prisión.