Los gritos, los saltos y llantos de desesperación eran evidentes entre la gente, quienes salían huyendo y las damas trataban de quitarse los insectos que estaban enredados en las cabelleras. Inmediatamente llegaron los bomberos, quienes trataron de socorrer a las personas, pero no contaban con el equipo especial para atrapar abejas (apicultura).

Los camisas rojas evacuaron hacia la entrada del cementerio a las personas, que eran atendidas por paramédicos del Cuerpo de Bomberos. Algunos fueron inyectados.

El señor Díaz, quien estaba en uno de los sepelios, resultó con picaduras en la cabeza, la cara y los codos. "Me rasqué tanto la cabeza que me está echando sangre", dijo el picado.

Se conoció que desde hace días ya le habían notificado a las autoridades del cementerio que había abejas africanizadas, pero hicieron caso omiso.

Aníbal Barnet, subgerente de empresas municipales, manifestó que cercarán el área en donde están las abejas para que no haya más individuos con picaduras.

El susto y la demora incomodaban a los presentes, pues no podían efectuar el entierro y temían que no lo permitieran por seguridad. Al final, los difuntos fueron sepultados a pesar de que los afectados se quejaban de las picadas.

PRECAUCION
Si acude al cementerio esté pendiente de los árboles y otros lugares en donde pueda estar un panal.