El cierre temporal, por reparaciones del cuarto frío, del matadero de La Chorrera, ocasionó pérdidas económicas a los matarifes, específicamente en subproductos, provenientes del sacrificio de ganado, los cuales exigen de una continua refrigeración.
Para Hashen Abualasai, quien se dedica al sacrificio de ganado, las pérdidas económicas alcanzaron los B
60.00 por día de matanza, por lo que intentó solicitar en alquiler el cuarto frío que existían en el Mercado Público, aunque ello no fue posible.
Para la administradora del matadero municipal, Epifanía Rodríguez, la remodelación del cuarto frío era una de las principales exigencias del Ministerio de Salud, para que el matadero pudiera continuar operando.
Durante el tiempo que permaneció cerrado el cuarto frío y para evitar pérdidas económicas, los matarifes optaron por reducir la cifra de reses y cerdos que se sacrificaban.
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