Extrañarán al ser que los trajo al mundo. Ayer, el luto llegó a sus pequeños corazones. Nadie se explica las razones que llevaron a Rosa Bedoya, de 24 años, a ahorcarse dentro de su residencia, la No. 636 A en La Siesta de Tocumen.
Se informó que Ana trabajaba de salonera en uno de los restaurantes de la Calzada de Amador.
Su padre, en medio del dolor, sólo decía que no quería a la prensa en su casa. No es común que las mujeres recurran a este tipo de conducta.
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