Aunque parezca del otro mundo, el ganado panameño ya no sólo pasará por el ferrete para saber a quién pertenece, sino que atendrá cédula.
Este proceso se conoce como trazabilidad e iniciará en Darién a un costo inicial de 500 mil balboas. En esta actividad se registrará cada bovino desde su nacimiento hasta el final de la cadena de comercialización.
Laurentino Cortizo, ministro del MIDA, afirmó que los animales no sólo tendrán cédula, sino que portarán un arete, y a través de su piel contendrán un chip que permitirá seguir vía satélite a la res donde se mueva. El objetivo es garantizar las inocuidad de la carne para el consumidor nacional e internacional, sobre todo cuando la Ley de Bioterrorismo y la legislación europea así lo solicitan.
|