La leche materna siempre contiene agua suficiente para satisfacer la sed del bebé, independientemente de si la madre toma menos líquidos de los que realmente necesita. No por ello la mamá debe descuidar la necesidad de ingerir líquidos abundantes, ya que de eso depende que mantenga o no un adecuado estado de hidratación.
La ingesta de líquidos recomendada para las madres lactantes es de 2 a 3 litros diarios.
A lo largo del día, el agua que pueden aportar los alimentos oscila entre 700 y 1000 ml por día, por lo que no resulta suficiente como para satisfacer las necesidades fisiológicas, tanto de la madre como la del lactante.
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