Todo un ejemplo.
Auriel Gallardo, con cuatro tantos, es el goleador del Atlético Chiriquí en el actual Torneo Apertura de la Liga Panameña de Fútbol (LPF).
Sin embargo, detrás de sus goles hay una vida de sacrificios, de un hombre a quien todo le ha costado en la vida y ahora, la misma le está empezando a dar frutos.
UNA VIDA DIFICIL
Cuenta el excepcional delantero que intentó en dos ocasiones anteriores incorporarse al cuadro chiricano, pero fue rechazado.
"A los 17 y 18 años, me probé con Chiriquí y no me quisieron, porque decían que era muy joven", manifestó.
"No quise rogarle a nadie, si no me querían. Por eso, me dediqué a trabajar en la finca bananera y a jugar con mi equipo de Puerto Armuelles", destacó.
Fue allí donde conoció lo que es sudar por un plato de comida. "El trabajo era muy duro y siempre estaba de manera eventual", cuenta Auriel sobre aquella época.
SU FAMILIA
Este padre de un hijo, separado de su mujer, reconoce en sus familiares el gran apoyo en esta aventura que está realizando.
"Ellos están muy pendientes y orgullosos de mí. Todo lo que hago en la vida, lo hago por ellos", afirmó.
SU MENTOR
Gallardo, agradeció el haberse cruzado con Mario Méndez: "Él es mi papá en el fútbol, me quiere como a un hijo y me ha dado la confianza para estar donde estoy".
Según el artillero occidental, su gran objetivo es seguirle aportando su talento y sus goles al club, para estar entre los grandes del fútbol nacional.
SU SUEÑO
El mayor anhelo del goleador chiricano sería vestir la casaca nacional, algo que bien podría llegar pronto.
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