Vive junto a su hijo y a veces se va porque donde están es muy pequeño. Sus otras hijas no viven con ella, pero asegura que sí están asistiendo a la escuela, gracias a sus tíos.

Admiten que en la situación que se encuentran es precaria, pero no tienen a dónde ir. Sabe que los terrenos en que se encuentra su humilde vivienda, cerca de la pista de aterrizaje de Calzada Larga, ya tienen dueño, pero posee la esperanza de quedarse allí.