De allí que sea muy normal escucharlo recitar versos de poesías conocidas mientras raspa el hielo para preparar los deliciosos refrescos que tanto le gustan a sus clientes.

Desde hace seis años, Moreno se dedica a esta actividad que con mucho esfuerzo le deja buenos dividendos para mantener con dignidad su hogar.

De su trabajo no se siente avergonzado, pues considera que es como cualquier otra actividad, con la ventaja de que es su propio jefe. Al ser quien manda puede decidir cuántas horas trabajará en el día y la cantidad de dinero que quiera ganar. Su área de trabajo no podría ser mejor para su inspiración poética que la Plaza de Francia. Allí todos los días ofrece un poco de lírica a las personas que se acercan a su carretilla.

Además de poeta, Julio es amante de la buena música; por eso su carretilla tiene dos bocinas. Otro punto importante es la limpieza: su carro de raspa'os siempre lo mantiene impecable, ya que es consciente de que en todo negocio la primera impresión es la que cuenta.

El complemento a tanto éxito es la preparación de los raspa'os y las malteadas, que él mismo prepara todas las mañanas antes de comenzar su larga jornada de trabajo. Pero los más buscados por sus clientes son los de frutas naturales.

No obstante, sus sueños van más allá de pasar su vida empujando una carretilla de raspa'os, pues afirma que en el futuro sueña con agrandar el negocio. Esto consistiría en tener varias carretillas, con las que podría ofrecerles trabajo a las personas que quieren superarse en la vida.

PRECIOS
Los raspa'os los vende a 0.50 centésimos, con malteadas a $1 y los especiales a $1.40.