Para hablar de detalles hay que mencionar a la señora Griselda Caballero Concepción, quien es una costurera de vocación.
Esta fémina es oriunda del pueblo de Río Sereno, provincia de Chiriquí, y desde que tiene uso de razón le encanta la costura.
Lo primero que aprendió fue a tejer, gracias a sus tías, quienes le enseñaron ese arte. Debido a su esmero y dedicación, durante la escuela fue la mejor alumna en la clase de Educación para el Hogar.
La señora Griselda logró llegar hasta segundo año del colegio, porque sufría de ataques de epilepsia. Esta enfermedad se le complicó y llegando al punto en que perdía la memoria, situación que hizo que dejara la escuela, pero esto no fue impedimento para seguir adelante. "Cuando a uno le gusta algo, lo hace porque le pone corazón", añadió.
Su primer trabajo fue una sabanilla y hoy en día esta es su especialidad.
SE REFUGIA EN ELLA
Esta costurera confesó que la costura es su refugio, porque en ella encuentra la paz y tranquilidad. El ánimo por la costura es tan grande que puede quedarse hasta cinco horas diarias cociendo sin parar. "Me encanta hacer esto, me gusta llenar mi casa de detalles", agregó la costurera.
FLORES DE COLORES
Griselda es una persona que diariamente toma medicamentos y una vez al mes debe asistir al médico en el Centro de Salud de Pedregal y mientras es atendida, en Salud Mental le enseñan a hacer trabajos manuales como flores de satín, que es otro de los trabajos de costura que sabe hacer.
Griselda es madre de cuatro hijos y vendiendo sus sabanillas y flores ha logrado salir adelante con ellos.
SUEÑO
Griselda desea terminar su casa, ya que la mitad es de zinc y la otra de cemento". |