En el día de ayer, todo Mónaco elevó una plegaria al cielo para despedir a su príncipe Rainiero III. El príncipe de Mónaco fue despedido en un solemne funeral en la catedral central del Principado europeo, en la silenciosa y dolida presencia de los tres hijos que tuvo con la actriz estadounidense Grace Kelly y de reyes de España, Suecia, Noruega y demás.
Según los deseos de Rainiero, el féretro, cubierto con la bandera blanca y roja de Mónaco y con el escudo de armas de su familia Grimaldi, fue portado por 10 carabineros, escoltados a su vez por "penitentes negros" de la Cofradía más antigua del Principado, donde el catolicismo es la religión de Estado.
Tras la incorporación al cortejo de los hijos de Rainiero, su sucesor Alberto II y las princesas Carolina y Estefanía, se inició el desfile, al son de la marcha fúnebre de Beethoven, elegida expresamente por Carolina, antes de los 36 cañonazos de rigor por la muerte de un miembro de la familia principesca.
El fallecido monarca fue enterrado en una ceremonia estrictamente privada en la cripta de la catedral al lado de su mujer, la princesa Grace, muerta en un accidente de auto en 1982.
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