"Yo nunca pensé enterrar a mi hijo". La muerte de Erickson Torres Montoya, de 40 años, ocurrida el pasado sábado 9 de abril en Aguadulce, tiene consternados a sus familiares y amigos, ya que supuestamente él se inyectaba anabólicos para caballos. Y es que en el Coco de Aguadulce, donde vivía Erickson, todo el mundo comenta que para "pompearse" (sacar músculos) se inyectaba esta sustancia.
Manuel Torres, papá de Erickson, explicó que su hijo desde pequeño levantaba pesas, porque era muy delgado. Pero si estaba usando productos para caballos con el fin de "pompearse" no lo hacía en casa.
"Era un muchacho sano, por lo único que entró a un hospital fue por dos lesiones que por poco lo dejan inválido", dijo Manuel. En el acta de defunción, el médico forense dictaminó que la causa de la muerte había sido un edema pulmonar agudo.
Los padres del muchacho cifran sus esperanzas en los exámenes que están haciendo las autoridades para aclarar si estaba o no consumiendo anabólicos.
Su padre, visiblemente afectado, lo único que quiere es que esto sirva de experiencia para los amigos de su hijo, si es verdad que están utilizando productos para uso animal.
IRREVERSIBLE
La veterinaria Marta Cabrera explicó que el principio básico de los anabólicos es ocasionar un cambio en el metabolismo, para ganar músculos, peso, desarrollo físico y en caso de fractura fijación de calcio en los animales.
Agregó que si se abusa de estos productos el daño que causan a los animales es irreversible. Si se usan mal, pueden dañar los sistemas reproductivo, cardiaco, hepático, renal u óseo. En los seres humanos, tendrá daños similares o peores y a la larga hasta la muerte.
El anabólico más común y el que están usando es el Bolderona, que tiene un precio de $15.00, todo depende de donde sea comprado. Para su venta requiere algunas restricciones legales, lastimosamente esto no se cumple, dijo la veterinaria.
SINTOMAS
Los muchachos que se inyectan anabólicos pueden sentir cansancio, dolor en los brazos y la cavidad abdominal, diarrea, vómitos y orina oscura como si fuera una gaseosa negra. Cuando hay estos síntomas ya el daño está hecho y es irreversible.
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