Villarreal explicó que cuando su mamá estaba embarazada de él, le dio rubeola, lo que impidió que se formara bien, y por eso nació sin piernas y sin dedos en sus manos.

Sin embargo, esto no ha sido impedimento para él, ya que en 1970 se trasladó al área oeste de la cuidad capital y hasta el día de hoy vive en Nuevo Arraiján.

Con una sonrisa en su rostro, sentado en una patineta que lo ayuda a movilizarse, este bugabeño comentó que a diario se levanta a las 6 de la mañana para trasladarse a la ciudad de Panamá a pedir limosnas.

Gracias al buen corazón de muchas personas, que al verlo le depositan dinero en el vasito de cartón que utiliza para este fin, ha podido construir su casa en Nuevo Arraiján y tener el bocado diario.

"Soy un hombre que vive solo. Tengo familiares que viven cerca, pero necesito una ayuda en cuanto a mis necesidades", dijo Martín.

Y es que a este señor, que siempre regala una sonrisa a cualquiera que pase cerca de él, le gustaría poder tener una cita con el presidente de la República o con alguna autoridad que se interese en su caso.

Martín comentó que él es un hombre que puede trabajar, pero que hasta el día de hoy ha vivido de limosnas, acción que no le avergüenza, porque su sueño es que alguien de buen corazón le dé un trabajo cercano y facilidad de transporte.

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