Hay jefes que todavía practican la frase "en donde manda capitán no manda marinero", para dar a entender que los empleados son meros espectadores en una empresa, y sólo deben atenerse a lo que se les ordena. Pero la máxima autoridad en todo trabajo debe ser más que una entidad que imponga leyes, tiene que convertir a sus colaboradores en aliados, casi amigos.
"Debemos partir de la premisa de que la relación entre el jefe y el colaborador juega un papel importante en el desarrollo de la organización. El jefe debe establecer desde el inicio de la relación las reglas del juego, es decir, plantearle al colaborador las expectativas que tiene la empresa al crear el cargo que él ocupa. La relaciones deben estar sobre las bases de la comunicación abierta, el trato justo, la confianza, el manejo de la inteligencia emocional, apoyo mutuo y el respeto", asegura la Licenciada Atala Beckford de González, especialista y consultora de Recursos humanos.
CONFLICTOS
Un superior puede entrar en conflicto con sus subordinados por muchas razones, entre ellas, desequilibrio emocional, falta de educación, de respeto y de confianza, uno de los puntos más importantes. Psicólogos europeos revelaron, mediante un estudio, que las personas con bajos niveles de confianza, tienden a descargar sus molestias con el mundo que lo rodea.
Por ello, cada persona que aspire a un trabajo, debe practicar el autoconocimiento, cualidad que le permiten al empleado manejar la relación con su jefe cuando éste es conflictivo. La idea no es trabajar contra alguien, sino con alguien. Y esto requiere como ingredientes básicos el autoconocimiento, la autoevaluación precisa y la autoconfianza para poder gerenciarse a sí mismo y poder llevar una relación con integridad y adaptabilidad frente a las diversas situaciones.
RECOMENDACIONES AL JEFE
Si usted es jefe, o tiene suficiente confianza con su superior para ayudarlo a hacer de su trabajo más llevadero, le recomendamos lo siguiente.
Hay que mantener el autocontrol.
El jefe jamás debe gritar, tiene que conservar la calma y buscar salidas objetivas a los problemas en medio del caos.
Motivar a la tropa.
Así como en el ejército los superiores hacen que los soldados canten y los condecoran por sus grandes acciones, un gerente tiene que halagar a sus empleados y decirles cuándo están haciendo las cosas mal.
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