La vida es mucho más fácil ahora que hace 50 ó 60 años atrás, pero antes era más divertida y más saludable. Es más, las comidas no tenían tantos condimentos, que en estos tiempos son los mayores causantes de problemas de salud.
Pero no estamos hablando de salud, sino de cómo se las ingeniaban los campesinos para tener panes, queques, las muy gustadas moñitas de pan y todo lo que se refiere a dulces.
Para la construcción de estos hornos, los campesinos tomaban en cuenta:
- El viento: Se buscaba que la orientación de la puerta estuviera de espalda a los vientos dominantes o corremos el riesgo de no poder encender el horno, debido a que éste revoca el humo.
- El sol: El sol no afecta mucho, se acostumbraba a construirlos al aire libre, siempre debajo de un buen árbol donde no hubiera peligro de incendios. En otros casos, se construía un rancho especial para el horno.
COMO SE CONSTRUIA
Antes que nada, se buscaba un lugar en el patio donde hubiera buena tierra, sin mucha piedra. Se picaba la tierra, se le echaba agua y se mezclaba con paja para hacer el principal componente de este horno artesanal.
Luego, se construía una "talanquera", especie de mesa, con cuatro fuertes columnas, sobre las cuales se ponía una gruesa capa de barro, que consistía en el piso del horno.
Posteriormente, se colocaba sobre ésta una especie de armazón, hecho de cañazas, para darle la forma a este horno.
Por último, se ponía sobre el armazón varias capas de barro, dándole la forma de éste, para que quedara ovalado y con dos entradas, una para la leña y otra para los productos para asar.
Actualmente, estos hornos son hechos de ladrillos y, desde que la industria del pan creció, la costumbre se fue perdiendo. Aunque usted no lo crea, la tarea de hacer pan en esos hornos no era muy fácil.
|