- El pasado viernes escuché, en medio de la tertulia entre Casimiro y el conductor de Debate Abierto, que se refirieron a varias damas panameñas -entre sus dizque bromas- como brujas y al referirse específicamente a Maribel Cuervo de Paredes utilizaron el termino "aquelarre".
Yo quiero pensar que escuché mal porque de lo contrario sería la mejor muestra de que no estoy equivocado en mis apreciaciones sobre lo mal que está ese espacio que no solo no se ve ni tiene contenido de peso, sino que ahora recurre a faltarle el respeto a las damas utilizando términos y frases con doble sentido disfrazándolos de bromas. Esto es, aquí y en China, una ofensa y merece ser analizada por los ejecutivos de esa empresa. Se supone -aunque nadie así lo cree- ese es el espacio de 'opiniones' más importante de la corporación y si ahí se permiten ofensas a unas damas -sea quien sea- ¿qué se puede esperar de este show? Ni soy amigo de la señora de Paredes ni la conozco personalmente ni siempre coincidimos en opiniones, pero a una dama se le respeta siempre. La caballerosidad no tiene clase social, no se mide con ratings ni tiene marca en pantalla. Se es caballero o no se es. ¡Esto es de 'Vergüenza Abierta'! Saque usted sus propias conclusiones... - Yo no soy de "la rosca" del programa radial 'Lo que hay que oír', pero insisto que es una de las propuestas más sanas que tiene la radio local en las mañanas. Ahí entrevistan de manera informal, pero con el respeto que se merece, tanto a un Ministro de Estado como a un vendedor de chichas.
Usted los puede escuchar y se informa, se ríe, agarra rabias, participa del debate y se entretiene. Sus conductores transmiten ser lo que son: gente de carne y hueso que le molesta un cierre de calles, la irresponsabilidad de un funcionario o sienten felicidad por los triunfos de Panamá. En otras palabras, su audiencia se puede sentir identificada con ellos porque cumple con una de las funciones de la radio: transmitir emociones. Mientras nuestra radio está huérfana de espacios que aporten y saturada de chabacanería y mal gusto, ellos luchan por no contagiarse y ofrecernos algo diferente. Lo reitero, ¡bravo! Que desagradable es ver a figuras de noticiarios de cadenas comerciales (presentadores o periodistas) dar la cara en campañas del gobierno, noticiarios de la asamblea o saber que trabajan para una institución del estado (sobra los ejemplos actualmente). Al parecer no se han percatado -ni ellos ni los directores ni los productores- que eso riñe con la credibilidad que es la columna vertebral de noticias. Dar la cara 'por' el gobierno aunque sea en una campaña social contra el VIH es un mensaje nefasto a las audiencias. Es decirle "no me creas todo lo que te digo". Es dejar una percepción de "estoy caminando la procesión y cargando al santo". Es salir en televisión y decirnos estoy con Dios, pero coqueteo con el diablo. Si un canal quiere apoyar una causa social/cívica debe hacerlo con promociones institucionales de la televisora, no prestando o alquilando la imagen de sus presentadores que se supone venden la credibilidad e independencia que tanto cacarean. Una cosa es una campaña institucional de la televisora apoyando una causa social de un gobierno y otra, muy diferente, dar la cara por el gobierno en una campaña social. Ni es lo mismo ni se come igual. Noticias es credibilidad, todo lo demás es negocio, un 'camarón' mientras que la credibilidad de todo el noticiario, la ética periodística y su nombre, no les importan y quedan en entredicho.
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