El presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció que todos los condenados a muerte -con la excepción de tres presos por terrorismo- verán conmutada la pena capital por sentencias de 30 años o cadena perpetua.
Aunque no existen cifras oficiales sobre el número de personas condenadas a muerte en Cuba, grupos de derechos humanos locales estiman que pueden ser entre 40 y 50.