Yeimi comentó que tuvo una infancia difícil, ya que fue maltratada física y verbalmente. Además, tenía que trabajar para llevar dinero a su casa.

Actualmente vive en Bique, en Arraiján, pero no cuenta con luz eléctrica ni agua potable, por lo que debe caminar 15 minutos a las afueras de esta comunidad para conseguir agua, teniendo que dejar a las niñas solas.

Ella narró que tampoco cuenta con la facilidad para el tratamiento de su hija, ya que vive en un área de difícil acceso.

Mencionó que cuando la niña convulsiona se le hace difícil llevarla al médico.

Para ayudar a mejorar su situación, un grupo de mujeres de la iglesia le consiguió un colchón y un coche para que pueda ayudarse, ya que la joven dormía en un pedazo de linóleo, en la tierra, con las niñas. Para empeorar, la casa es de zinc y las culebras se metían, por lo que corrían el riesgo de que las mordieran.

"A veces no cuento con la debida alimentación, ya que no trabajo y la pequeña toma pecho, quisiera que me ayudaran para conseguir donde vivir y tener acceso para las terapias de la niña", concluyó Yeimi.