ANECDOTA
El pasado sábado, la familia de Librada realizó una matanza familiar, y como ella es bisnieta del anfitrión, decidió agradar a los asistentes con su melodiosa voz, a través de la cual logró sacarles lágrimas a casi todos los presentes. Es que esta niña la botó; la destreza que mostró mientras cantaba, era de una profesional.

Al preguntarle desde cuándo está cantando, dijo: "hace dos años, y mi padre es mi instructor".

Juan Reyes, el orgulloso padre de Librada Isabel, explicó que empezó a notar que la niña cantaba bien y comenzó a enseñarle, poco a poco, con la ayuda de un libro de canto de décimas.

Hoy se siente muy orgulloso, pues su hija es una de las voces más encantadoras a la hora de interpretar este canto tan panameño, que la ayudará a crecer en este arte, hasta donde él pueda.

Librada Isabel, con una inocente sonrisa, dijo: "me gusta cantar décima y seguiré haciéndolo hasta que logre ser grande".

Niños como Librada Isabel, necesitan que las entidades de cultura, les den la oportunidad para competir y demostrar que en este gran país, hay grandes talentos.