En México, para siempre. Las cenizas de la fallecida cantante Rocío Dúrcal, llegaron a la capital azteca, donde miles de personas le rindieron homenaje a quien fuera una de las mejores exponentes de la música hispana y a quien los mexicanos llamaban "la más mexicana de las españolas".
Al son de mariachis, los presentes cantaron temas que la cantante había ejecutado en vida y que fueron muy gustados por sus fans, entre los cuales se puede mencionar "Amor eterno".
Miles de seguidores llevaban carteles y rodeaban la urna, hubo quienes gritaron: "Gracias por traernos un pedacito de Rocío". Antonio Morales se acercó al público y recibió flores, regalos y abrazos.
También explicó que ya estando enferma, su madre quiso viajar a México, pero los médicos se lo impidieron, "sin embargo, hemos traído sus cenizas para cumplir de algún modo ese deseo y porque ella fue muy devota de la Virgen de Guadalupe".
Después de la misa, "el pedacito de Rocío" fue llevado a las criptas en la Basílica de Guadalupe, donde permanecerán, como dijo Antonio Morales, en espera de que se acuerden de ella y le traigan algunas flores.
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