Las horas, los minutos y los segundos están contados.
La cuenta regresiva para el inicio de la XVIII edición de la Copa Mundial de Fútbol comenzó, y un ambiente verdaderamente frívolo se vive en el país anfitrión.
El Gobierno Federal, en conjunto con la Asociación Federal de la industria alemana, lanzó una campana denominada: Alemania, "País de las Ideas", a través de la cual se han expuesto en distintos lugares algunas esculturas gigantescas que ilustran, por ejemplo, los tacos de fútbol como símbolo del deporte de moda, entre otras piezas que sirven para captar la atención del mundo, con miras al máximo evento del balompié mundial.
Sin embargo, a tan sólo un mes de iniciar la competición, lo que se percibe en el país "bávaro", no es precisamente un ambiente de fútbol. En los locales comerciales, sólo se observa uno que otro artículo alusivo al Mundial en algunas tiendas, y en las calles no se ve ese espíritu futbolístico entre los alemanes. Las avenidas carecen de adornos y algunos germanos, incluso, han manifestado abiertamente su desinterés por el evento que gran parte del mundo espera con ansias.
Según el análisis hecho por algunos periodistas germanos con los que Deportes EPASA ha dialogado, la situación se debe a todas las intervenciones y obstáculos que ha puesto la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), al comité organizador que preside Frank Beckenbauer.
Las continuas medidas, un tanto arbitrarias y drásticas, adoptadas por el máximo organismo de fútbol a cargo de Joseph Blatter, han provocado la pérdida del entusiasmo en gran parte de la población alemana.
Así lo dio a conocer el periodista deportivo del diario DER TAGESSPIEGEL de Berlín, Robert Ide, quien mencionó por ejemplo, la demanda que le puso la FIFA a la aerolínea alemana Lufthansa, por hacer promoción colocando en la parte delantera de los aviones una pelota de fútbol, cuando la línea oficial del Mundial es la de Emiratos Árabes.
Otra situación es que le han prohibido a los locales comerciales, colocar algún nombre relativo al Mundial. Se conoció que en Múnich, la FIFA le ganó una demanda a un negocio de venta de hamburguesas que le había puesto a un plato: "Hamburguesa del Mundial".
Por otro lado, también hay mucho descontento por el sistema utilizado por los organizadores para la venta de los boletos, ya que para adquirir una entrada, los interesados tuvieron que inscribirse por Internet y luego esperar resultar agraciados con un sorteo, mecánica que consideraron antipopular.
El redactor de Deportes del diario Abendzeitung de Múnich, Florian Kinast, dijo que la medida ha creado mucha decepción, porque hace seis años cuando Alemania fue escogida como sede del Mundial 2006, se pensó que ésta sería una fiesta popular a la que todos tendrían acceso, pero desde que la FIFA empezó a reglamentar, todo cambió.
Explicó que para un usuario normal, es difícil adquirir los boletos a tan alto costo y encima dar tanta información privada, como la que exigieron cuando se solicitaba un boleto. Para la fase regular, los tickets costaron 65 euros y, para los cuartos de final, fueron vendidos a mil 500 euros; mientras que para la final tienen un costo de cuatro mil euros.
Paralelamente, se ha dejado entrever claramente la disconformidad con el técnico Jurgen Klissman, quien ha excluido a figuras experimentadas y ha incorporado a jugadores muy jóvenes que, al parecer, no andan en su mejor momento.
Los alemanes reconocen que su equipo no ha mostrado un buen nivel en los últimos meses, y no lo ven como candidato para llevarse el título.
|