SECCIONES
DE INTERES
  CRECIENDO
Google
 

Conducta social
Permita que los jóvenes trabajen para mejorar su comunidad, para que aprendan a desenvolverse. (Foto: Cortesia)

Dr. Dennis Cardoze | Psiquiatra de niños y adolescentes
No hay que esperar que situaciones aisladas lleven al niño a realizar actividades pro sociales, éstas hay que inculcarselas desde pequeños.

Además de aprender a controlar sus emociones y de ajustar su comportamiento a la vida en comunidad, el niño tiene que desarrollar conductas prosociales, conductas de efectos benéficos para la convivencia humana.

Esto no se puede conseguir si no es mediante un proceso de condicionamiento a través del cual aquel tipo de comportamiento sea constantemente reforzado. No basta con hacer recitar a los niños una retahíla de cosas buenas que se esperan de ellos, ni hacerlo escribir cien veces: «debo ayudar a los demás» o cosas similares. Es menester hacerlo vivir esas situaciones y permitirle investigar sus consecuencias.

Hasta donde sea posible, se les debe permitir que intervengan en programas y campañas de tipo comunitario, que trabajen por el bien de la comunidad; deben salir a la calle a realizar actos prosociales, al medio donde tendrán que desenvolverse posteriormente como adultos responsables.

Pero, incluso dentro de la escuela, se les debe dar la oportunidad y crear las condiciones para que puedan practicar estas conductas y tener una retroalimentación de las mismas. Este tipo de formación no se puede dejar al azar ni a las circunstancias fortuitas.

Hay que prepararla sistemáticamente como cualquier otro objetivo de la enseñanza académica. Todo en el medio escolar debe favorecer este aprendizaje, y quizá hasta resulte más provechoso la creación de incentivos que estimulen a los alumnos a superarse en este sentido que aquellos destinados a la exaltación de los más inteligentes o más aptos para el rendimiento intelectual.

En la sociedad actual, los menores están sometidos a una gran cantidad de influencias y modelos perjudiciales para una satisfactoria convivencia humana. Las películas, la televisión, las historietas modernas, los diarios, la actuación de personajes públicos, la exaltación de la violencia y de quienes la ejecutan (boxeadores, ladrones famosos, superhéroes, gángsters legendarios y otros), el consumismo de cosas inútiles, el machismo y las maneras irrespetuosas propias de sujetos antisociales, son aspectos de nuestra vida cotidiana que moldean de forma muy negativa las conductas y hábitos de los escolares. Pero las influencias y modelos inspiradores de comportamientos de tipo pro social que se les brinda son relativamente escasos si los comparamos con los anteriores.

En casi todo el mundo, en las últimas décadas, se ha visto un deterioro alarmante de las buenas normas sociales a todos los niveles. El irrespeto y el afán de éxito económico a costa del prójimo, el desparpajo y la chabacanería, se están convirtiendo en modos de vida habituales y hasta casi «normales».

La cooperación para un fin común, el trabajo en grupo, el apoyo mutuo, la persistencia en tareas de interés para la comunidad, el espíritu altruista y de abnegación, son aspectos de la educación que necesitan grabarse en el alma infantil desde muy temprano y reforzarse a lo largo del período formativo. Las actividades escolares tienen que organizarse de modo tal que las oportunidades de practicar conductas pro sociales sean frecuentes. Dentro del aula, en los recreos, en las actividades artísticas y deportivas, en las festividades de la escuela, en la investigación y la confección de trabajos, etc.





 


OTRAS NOTAS

Precauciones en la guardería


Investigadora en desarrollo infantil y humano


Insomnio infantil

 
ciudad de panamá 
copyright © 1995-2010 DIAaDIA ONLINE, todos los derechos reservados