Elizabeth está contenta, porque por su condición económica no podía pagarle la operación a su hija.
Marcelino Rosario
| Chiriquí, DIAaDIA
Elizabeth Montezuma no podía creer que su hija, de un año y medio, salió del quirófano con un rostro completamente diferente al que le había visto desde que la bebé nació.
Estaba llorando, primero por el temor de la cirugía y después por la alegría que sentía. Y es que Operación Sonrisa hizo un milagro en su vida. Los especialistas reconstruyeron el labio leporino de su hija.
Desde la comunidad de Hato Chamí viajó hasta David en busca de una alternativa que le permitiera a su pequeña tener una vida normal.
Este año, Operación Sonrisa Panamá espera devolverle la felicidad a entre 180 y 200 personas que tienen malformaciones congénitas, labio leporino y paladar hendido, sindactilias (dedos pegados) y polidactilias (dedos de más).
En estos momentos están operando entre 30 a 35 personas diarias, que han viajado de diferentes partes del país para buscar una alternativa a estos problemas físicos.