En una casa sin terminar, donde el techo mal puesto afecta todas las madrugadas la salud de sus tres hijos y donde los días pasan y son los mismos, vive la señora Isabel Murillo con su familia, la cual está integrada por sus dos niños, su niña y su esposo, a quienes tiene que mantener con tan sólo 60 balboas que recibe por quincena.
La señora Isabel trabaja en una casa de familia desde hace más de 3 años.
El señor Cecilio Murillo tuvo que dejar de trabajar hace tres meses, al ser operado por un tumor en la cabeza que obtuvo al caer de un diablo rojo, cuando se dirigía a su trabajo.
El señor Murillo trabajaba como obrero de la construcción y luego de la operación el doctor le recomendó no hacer trabajos forzosos, y hasta la fecha, no ha podido encontrar otro trabajo.
Dice la señora Isabel que, en ocasiones, su esposo sufre de lagunas mentales y otros problemas y los medicamentos que tiene que tomar son muy costosos.
A veces, el dinero para todos los gastos de la casa no le alcanza e, inclusive, sus hijos tienen que irse sin desayunar a la escuela o todos se acuestan con sus estómagos vacíos.
La miseria de esta familia va mucho más allá, pues hace unas semanas tuvieron que dejar de enviar a sus hijos a la escuela, porque se les mojaron los útiles escolares en su propia casa con las gotas que caían del techo, a causa de un fuerte aguacero.
Esta señora sólo pide un poco de ayuda, para que pueda sacar adelante a su familia.
SU CASA
La casa de la familia está a medio palo, porque desde el accidente de su esposo, él no pudo terminar de construirla.
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