Pero qué pasa cuando esa persona que ha estado contigo siempre, no acepta tu nueva relación amorosa, ya sea por celos o por considerar que esta persona puede hacerte daño. Esta es una encrucijada muy grande, ¿verdad?

Los amigos, al igual que los padres, tratan de protegernos y evitar que suframos algún tipo de decepción. Su papel es el de brindar apoyo, compañía, consuelo y consejos pase lo que pase.

Sin embargo, el hecho de que haya una gran amistad no significa que esta tenga el derecho de manifestar su disconformidad mediante agresiones, tanto físicas como verbales, contra la pareja de su amigo (a).

Si la persona decidió seguir la relación, pese a las advertencias que se le han dado, es responsabilidad de él o ella lo que pueda pasar más adelante. De convertirse en una mala experiencia, el deber del amigo es estar allí para consolarlo y no reprocharle el error que cometió por no escucharlo. Recuerden que somos seres humanos, el hecho de cometer errores es parte de nuestra naturaleza, nadie es perfecto.

Por lo general, los individuos que toman este tipo de actitud, actúan de forma egoísta, para robarle la calma a la pareja de su aliado (a) incondicional, pero no es así, ya que el único afectado con esta situación es la persona a la que "supuestamente" se trata de proteger.

Con esto no digo que tomen una conducta hipócrita con él o la pretendiente, no es necesario entablar ningún tipo de conversación, pero por consideración con el amigo se deben evitar las confrontaciones.

Espero que con esta nota algunas personas evalúen su situación como amigos (as) y analicen y determinen qué están haciendo: ayudar o entrometerse.

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