Les cuento que el tratamiento está siendo tan efectivo que ya se le está cayendo la piel muerta, es decir, que el proceso está rindiendo frutos.

Nos cuenta Marcos que la última sesión fue tan fuerte que no aguantaba el dolor en el rostro, por lo que le recomendaron ponerse bolsas de hielo en la cara. ¡Pobre!

Aún así, el chico está dispuesto a todo por mejorar su apariencia. De momento no puede comer alimentos con grasa, debe cuidarse del sol, en fin, de ahora en adelante también debe aplicarse cremas especiales para ayudar a sanar las cicatrices.

Eso sí, debe regresar en mes y medio a la clínica para ver si continúan o no con el tratamiento. ¡Suerte, chico!