Después de la victoria que Irving Saladino (8.34m) había logrado en Hengelo, Holanda, hace unas semanas, daba la sensación que el viejo C3 había vuelto, que las faltas y la desconcentración eran cosas del pasado. Nada más lejos de la realidad. Y es que ayer en el Prefontaine Classic (Liga Diamante), en Oregon, Estados Unidos, el atleta panameño se estrelló contra esos errores que en el pasado lo alejaron de la gloria y quedó eliminado en las primeras de cambio de las pruebas de salto de longitud.
Saladino salió a la pista, y en su primer intento apenas tocó la plastilina, el juez inflexible y con vista de harpía, levantó la bandera roja: la falta, y el panameño miró a su entrenador, Florencio Aguilar, y con la mano le hizo un gesto dando a entender que fue "por muy poquito", pero dos intentos después el panameño volvía a cometer esas viejas mañas.
Al final, el ganador del evento fue el británico Greg Rutherford con un brinco de 8.32 metros; el segundo lugar fue para el sudafricano Godfrey Khotso Mokoena (8.31) y la tercera plaza lo obtuvo el alemán Sebastian Bayer 8.03.
Lo curioso de todo es que Saladino derrotó en Hengelo a Rutherford, quien en esa competencia apenas hizo un 8.18 y a su particular bestia negra Dwight Phillips, quien ayer no compitió en Oregon.
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