Dio muy poca información. Después de 12 días del accidente aéreo del helicóptero SAN-100, el copiloto, Ernaldo Carrasco, único sobreviviente de esta tragedia, que cobró la vida de once personas, tuvo su segundo encuentro con la Junta de Investigación (chileno-panameña) en Aeronaútica Civil, pues es pieza clave en este rompecabezas de causas y efectos.
El copiloto apareció con un pantalón corto a cuadros, zapatillas, un suéter blanco con el logo del SAN, lentes oscuros y una Medalla Milagrosa colgada de la pulsera que portaba en su mano derecha. Camina con el apoyo de un par de muletas. Estuvo ante los medios, pero se limitó a hablar de su vocación.
SIGUE FIRME
Carrasco expresó: "Emocionalmente me estoy recuperando, y cuando esté bien seguiremos en el trabajo. Es lo que a mí me gusta. Siento que nací para esto y, como todo trabajo, tiene su riesgo". Físicamente se recupera de lesiones en la espalda, en las rodillas y en la nariz.
Carrasco dijo desconocer la razón del cambio de vuelo del Miramar hacia Albrook para asistir a un almuerzo en Miraflores, pues la misión que se le encomendó fue trasladar a la delegación desde Colón hasta el hotel Miramar.
ESPERA VOLVER A SU TRABAJO
En tanto, José Francisco Paniagua, uno de los buhoneros que laboraba en el área de la tragedia en Calidonia, reclamó al viceministro de Gobierno y Justicia, Severino Mejía, el pago de una indemnización por los días en que no ha laborado, ya que su mercancía se encuentra cercada y custodiada.
Mejía dijo a DIAaDIA que no hay cabos sueltos en este tema. Hay piezas del SAN-100 que están siendo analizadas en Canadá y que contribuirán a esclarecer las investigaciones. Negó una indemnización a los buhoneros afectados y dijo que lo que se hará es reubicarlos.
NO HAY PLATA
El director del SAN, Rigoberto Gordón, explicó que el SAN-100 estaba dentro del 20% de las naves que pueden volar. El otro 80% no funciona por falta de presupuesto. La flota será renovada en cuatro años.
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