Daniel Los Santos es uno de los 63 panameños que a nivel nacional sufren de una terrible enfermedad conocida como "niños de cristal" (osteogénesis imperfecta).
Los Santos vive entre las comunidades de Chucupate y el Quirá, corregimiento de Progreso, distrito de Barú, a unos treinta minutos de la frontera con Costa Rica.
Daniel es el segundo de tres hijos, sin embargo, el único que, inexplicablemente, padece la enfermedad.
"No recuerdo con exactitud el número de fracturas, pero la última pasó hace dos meses", señaló Alexis Los Santos, padre de Daniel.
A los dos meses de edad, le diagnosticaron la enfermedad; sin embargo, sus padres trataban que llevar un curso normal, como todos los niños de su edad. Pero, a los dos años, para este tiempo, ya sus huesos se habían roto varias veces. Fue abandonado por su madre, quien jamás regresó.
Además de las condiciones infrahumanas en las que vive, son agobiantes. La casa que le protege de las inclemencias del tiempo, está a punto de desplomarse.
Daniel dijo que a diario se ve obligado a bañarse y hacer las necesidades fisiológicas en el mismo cuarto en el que duerme, debido a los tempestuosos aguaceros que caen en la zona.
"Nosotros preferimos no enviarlo a la escuela, para protegerlo; porque uno lo cuida en la casa, pero en las escuelas los chicos no cuidan a nadie", expresó su padre.
Los vecinos y familiares de Daniel cuentan que este chico sueña con un porvenir más alentador. "Lo que más anhelo es una casa cómoda y segura; cuando yo pueda trabajar estoy seguro que la obtendré, pero si alguien desea ayudarme, sea bienvenido", expresó Daniel.
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