Las personas que van a los estadios a disfrutar, ya sea del fútbol o el béisbol, llegan al coliseo a divertirse con los amigos, brindando con unas cervecitas y apoyando a su equipo.
Pero el tiempo que estamos en el estadio, no vemos cosas más allá que el terreno de juegos, chicas lindas enseñando de más y el fondo del vaso, cuando se acaba la cerveza.
El fanático nunca se pone a pensar, cómo se arma todo este espectáculo y cómo llegan las frías a su mano, qué siente, qué piensa ese vendedor que por momentos nos entretiene con sus canta'ito de barrio y sus chistes para vendernos una refrescante cerveza.
DIAaDIA como siempre, haciendo la diferencia y tratando de traer a la palestra a esas personas que intentan cambiar su vida, por medio de un trabajo honrado, se fue al Estadio Nacional Rod Carew, para conversar con unos de estos personajes, que se esmeran porque el fanático salga contento del coliseo.
La tarea no fue tan fácil, en la final del béisbol mayor, entre Los Santos y Bocas del Toro, en medio de una marejada de personas vestidas de naranja y otra parte vestida de verde, con las gargantas secas de gritar, los vendedores de cerveza no se daban abasto.
A eso de las 8:30 de la noche, cuando el choque estaba en el quinto episodio, la oportunidad se dio. Iván Vergara se tomó un descanso, en realidad había completado su cuota, ahora se disponía a disfrutar del juego.
Ya como un fanático más era fácil de conseguir, ataviado aun con su jeans azul, suéter verde fluorescente con la marca de la cerveza que vende, decidió atendernos. La conversa fue larga y entretenida. Iván nos invitó a entrar a un mundo interesante y para muchas personas desconocido, hasta ahora.
DD: ¿Cómo entraste a este negocio? IV: "Yo comencé desde los 15 años, vendiendo sodas, para ayudar a mi mamá y para tener algo para mi escuela y la de mis hermanos, tengo dos hermanos menores que yo".
DD: ¿Cómo fue ese comienzo? IV: "Yo nunca he sufrido de pena. Fue sólo ponerme los pantalones y salir a vender. Lo hacía pensando en lo que te dije al comienzo, todo por mi madre y mis hermanos".
DD: ¿Cómo era tu relación con los más viejos, no te molestaban? IV: "Unos me miraban mal, eso no me importaba, porque estaba trabajando y ningún trabajo apena a nadie. Pienso que pensaban que les iba a quitar clientela. Esas malas miradas y comentarios, me alentaban más a seguir".
DD: ¿Seguiste estudiando? IV: "Terminé hasta tercer año, porque la cosa se puso dura y tuve que buscar otras cosas. Además de vender sodas y ahora cervezas, de día salgo a vender verduras en los semáforos, ahora, con 25 años, soy padre de familia y tengo que llevar la comida para poner la paila".
DD: ¿Ahora que vendes cerveza, ganas más? IV: "Eso depende. La competencia es dura, siempre uno se hace de sus clientes fijos, hay que saber moverse".
DD: ¿Cuál es tu estrategia? IV: "Bueno manito, estrategia en sí no tengo. Sólo me pongo en el lugar donde haya más público o trato de que mi pregón sea mejor que el de los otros, para llamar la atención".
¡Tírame uno de esos pregones! IV: "Uno... bueno, 'compre su cerveza, nadie moja la garganta viendo a otro beber, cerveza, cerveza bien fría'" (sonríe).
DD: ¿Dónde aprenden eso? IV: "De verdad, uno lo inventa, son cosas que salen y se quedan. Por lo menos con el tiempo que yo tengo de estar en los estadios, se escuchan cosas y se mejoran".
DD: ¿Cuándo se vende más? IV: "Bueno, yo he trabajado en fútbol y en béisbol. En fútbol, cuando juega la selección y cuando es un juego bueno. En el béisbol, también depende de los equipos. Cuando juega Los Santos, Herrera y Chiriquí, estamos contentos, porque son las fanáticas las que más consumen cerveza. Ellos compran por cubetazos".
DD: ¿Cubetazos... eso qué es? IV: "La cervecería ha implementado que se vendan cajas de cerveza, o sea 24 vasos en un 'cooler' con hielo, eso nos conviene a nosotros, porque así vendemos más".
DD: La ganancia es importante ¿Cuánto se ganan? IV: "Por vaso nos ganamos 20 centavos. El vaso de cerveza cuesta un dólar, nosotros entregamos 80 centavos al proveedor y los 20 restantes es nuestro".
¿Por qué ganan más por el cubetazo? IV: "Simple... porque el cubetazo cuesta 30 dólares y nos ganamos 10 dólares por cubetazo. Con 10 cubetazos vendidos, estamos sumando 100 dólares. Hay veces que no le vemos ganancia vender por vaso".
DD: ¿Cuántas horas trabajan? IV: "Depende del lugar. En el fútbol trabajo dos horas, porque el juego dura 90 minutos, el fanático llega al estadio media hora antes y comienza beber. En el béisbol, hasta que acabe la cerveza, porque el juego es más largo. Pero la verdadera ganancia está en los conciertos, la gente que va es diferente".
DD: ¿Has trabajado en los conciertos? IV: "En uno o dos, allá molestan más por la vestimenta. Aunque es otro ambiente. Yo he estado en dos galas típicas y allá uno se codea con los verdaderos cocotes... Además, se venden botellas. A estos ricachones les gusta beber fino, cada botella que uno les vende por lo menos son 20 dólares para uno. Te soy sincero, en los conciertos está el billete, sólo que no son siempre y no se puede ir a todos".
DD: ¿Cuánto se pueden ganar por noche? IV: "No me vas a creer pasiero. Más o menos nos estamos llevando para la casa, limpio, sin polvo y paja, como 150 a 200 dólares. Aunque hay que trabajar duro para eso y no es siempre, depende del evento".
DD: ¿Ustedes escogen los juegos donde van a vender? IV: "En realidad no. Aunque en mi caso siempre que haya juego en la capital me verás aquí, por que tú sabes, hay que llevar la comida a la casa, como te dije, es un trabajo y como trabajo hay que ser cumplido, porque de lo contrario, los proveedores te 'escrachan'".
DD: ¿Hay sanciones en este mundo? IV: "Cómo no. Yo he visto manes que se la pasan vaguiando, no venden. A la hora de rendir cuentas, no les salen. Para los proveedores eso es pérdida y la próxima te chifean, porque no vienes a trabajar".
DD: ¿Qué tiempo piensas seguir en esto? IV: "Tengo diez años, me ha resultado, me gusta y gano algo de dinero, creo que hasta que consiga otro trabajo que me dé más. Esto, junto a la venta de legumbres, me ayuda a darle a mis hijos, estudios y comida. Ayudo a mi esposa. Así que por el momento seguiré en el negocio".
Luego de una charla de casi una hora y tanto Iván decidió irse, tenía que ver cómo salir del estadio, para retornar a su casa, en San Miguelito. De seguro sabremos de este personaje, más adelante, porque el béisbol se despidió, para darle paso al fútbol. ¡Suerte Iván!
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