Resumen.
La Liga Panameña de Fútbol concluyó el sábado un torneo más con la coronación por séptima vez del San Francisco FC. Luego de culminada la competencia, DIAaDIA les presenta un breve recuento sobre lo bueno, lo malo y lo feo de esta última edición.
LO BUENO
Por primera vez en mucho tiempo, el torneo presentó un mejor nivel de competencia y eso quedó demostrado con la clasificación hasta la última instancia de un equipo como Chorrillo FC, pero también con la sorpresa que dio el Atlético Chiriquí al llegar hasta las semifinales.
Otro elemento muy rescatable fue la presencia de mayor cantidad de fanáticos en los estadios, con lo cual los equipos no sólo captaron más fondos con las entradas, sino que se vieron apoyados por fieles hinchas que con murgas, gritos y cantos los respaldaron.
En el caso especial del Chorrillo, el Atlético Chiriquí y el San Francisco, se pudieron observar tres "mareas" diferentes, cada una con los colores de sus respectivos equipos. La fanaticada panameña se contagió de fútbol nacional y esto ocasionó a su vez que los clubes generaran mayores ingresos a través de la venta de camisetas, gorras y hasta paraguas.
LO MALO
Aunque en esta ocasión se jugó en mejores canchas, se debió disponer de un escenario neutral para el partido final.
Además, no se debió subir exageradamente el precio de entrada (B/10.00) a la final, y menos dos días antes de la quincena. Sin lugar a dudas, esto impidió que mucha gente asistiera.
La mala ejecución de penales por parte de los jugadores tanto del San Francisco como del Chorrillo, por tratarse de una final en la que se supone están los mejores.
La conducta arbitral que siguió generando polémica en muchos partidos, y por último, la falta de un acuerdo para que se transmitieran los encuentros sin distingo de equipo.
LO FEO
Algunos jugadores siguieron ejecutando prácticas malas durante los partidos y no se preocuparon por desarrollar un juego limpio.
Además, hubo acciones antideportivas como por ejemplo, la del jugador del San Francisco Alberto Manotas, quien lució muy mal al no corresponder al saludo del arquero Diego Mosquera, al momento de los penales en el partido final. Eso no fue un buen ejemplo.
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