¡Increíble, pero cierto! Ni el mismo Ángel se pudo imaginar, alguna vez, que se convertiría en un experto en la soldadura.
Ángel Prado comenzó su vida laboral en un prestigioso hotel de la localidad , allí se inició como lavaplatos, luego fue ascendido a salonero, a lo que se dedicó por muchos años. Pero todo tiene su final, como dice la canción, y Ángel perdió su trabajo por reducción de personal.
Por supuesto, él no se quedaría con los brazos cruzados, pues tenía que seguir adelante. La desesperación se apoderó de este hombre, quien veía su vida frustrada al no conseguir otro empleo relacionado , puesto que él pensaba que era lo que mejor sabía hacer, pero se equivocó.
TERMINO LA TORMENTA
La necesidad lo llevó a trabajar con su primo, quien se dedicaba a la ebanistería, así se fue amoldando. En el taller, los muchachos instalaban puertas, importadas de México, sin saber soldar se unió a ellos, y empezó a ayudarlos. Al aprender el oficio de soldador, Ángel decide independizarse y establecer su propio negocio en El Chorrillo, allí lleva 12 años, dedicándose a esto.
El negocio ha crecido, a principio los clientes eran pocos, pero de boca en boca, el trabajo de Ángel ha ganado
GARANTIZADO
Los precios no son los más baratos, una verja puede costar entre 140 a 160 dólares, pero dice Ángel, que su calidad lo vale.
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