José Luis le da gracias a Dios por poder seguir con vida junto a su familia.
E. Montenegro
| Capira, DIAaDIA
Aferrado a un árbol que era sacudido con furia por la corriente del río Cirí Grande, José Luis Soto sólo pensaba en sus hijas y en mantenerse aferrado a su padre y a un hermano a los que estaba atado, con una soga. Con tristeza recuerda las horas que pasó sobre un árbol junto a otras seis personas, mientras observaba cómo la fuerza del río arrasaba su casa y dejaba a su familia sin hogar.
Ayer, Día del Padre, fue una fecha muy especial para la familia Soto. Quizás no festejaron con abundancia, pero sí, con el agradecimiento que pudieron estar en familia, porque sobrevivieron a las inundaciones de noviembre de 2006 en Capira.Después de esa tragedia, asegura que pasará el Día del Padre con la familia, ya que Dios le dio otra oportunidad de poder abrazar a sus dos hijas, su esposa y su padre, a quien pudo felicitar.
José Luis añadió que con esfuerzo ha logrado reconstruir su casa, una vez recibiera sólo promesas de parte de las autoridades. Agrega que como buen padre le gustaría darles un mejor hogar a las hijas, pero lamentablemente son pocos los recursos con que cuenta para ello.