"Papi, me estoy muriendo". Esta fue la última frase que Raquel María Bravo de Díaz, de 74 años, susurró al oído de su esposo Agilio Ernesto Díaz, de 77 años, mientras él la sostenía en sus brazos cuando dio su último suspiro de vida.
Aquella madrugada del 24 de abril del 2007 fue una de las más tristes para Agilio, porque su compañera de toda la vida partía de este mundo por culpa del llamado "jarabe maldito".
Un día antes, la pareja disfrutó su último momento de felicidad, cuando celebraron 54 años de matrimonio.
En medio de su soledad, él cuestiona a las autoridades de Salud, ya que antes de tomar el jarabe sin azúcar con dietylenglicol, su esposa era una mujer saludable.
Actualmente, este ciudadano que perdió lo que más amaba, se siente vacío, por lo que pide a Dios que le brindar fuerzas para luchar y lograr que se haga justicia.
Mientras eso llega, recordará cómo de niño, allá en Las Tablas, con solo mirar a Raquel a los ojos, ya sabía que sería la mujer con la que compartiría toda su vida.
Pero lo que más le duele es la indiferencia con la que han sido tratado el caso de los pacientes envenenados con dietylenglicol, porque a la fecha ninguna autoridad les ha explicado realmente qué fue lo que ocurrió.
Para rematar, Agilio cuestiona la indiferencia del médico que llamó a su casa a las 8:30 a.m. del día 23 de abril del 2007 para cancelar la cita médica de su esposa, cuando se tenía previsto que sería atendida para las 11:00 a.m. Sin ninguna excusa, el galeno le reprogramó la cita para el 27 de mayo.
Lamentablemente, para Raquel fue tarde, ya que esa misma noche murió. Lo más triste es que un mes después el doctor llamó a la casa de los Díaz para decir que la señora había perdido la cita. Lo que él desconocía era que por su decisión, la paciente había perdido la batalla.
LA TONADA
"Nos quitó la vida"
Nos quitó la vida
Martín ya se va...
Se va lleno de plata
y ojalá no vuelva más. ..
Cuantos viajes ni se sabe
Mientras el pueblo tomando
Aquel maldito jarabe
Que todavía está matando
Nos quitó la vida.../
Al jarabe de la muerte
Suma también los quemados
Hantavirus, estrellados
Martín trajo mala suerte...
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