Conclusión.
Acabaron las Finales de la NBA de las "dinastías" con un espectáculo deportivo para el olvido después de ver como los Celtics de Boston humillaban por 131-92 a Los Angeles Lakers en el sexto partido y lograban el decimoséptimo título de campeones.
La exhibición encestadora de los Celtics y su gran defensa fueron posible no sólo por sus aciertos sino también por la falta de respuesta técnica y de estrategia que ofrecieron los Lakers para mostrar una alternativa que les permitiese ser competitivos.
En esto, el principal culpable fue el entrenador Phil Jackson, que en esta oportunidad no pudo demostrar porqué es el líder de todos los tiempos.
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