Por la venta clandestina, la entidad deja de percibir unos 100 millones de dólares, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Tecnológica de Panamá.

Para que la población compre los productos de la lotería, ganancias que redundan en obras sociales, se lanzó la campaña "No me roben la esperanza", que la protagoniza el niño de 11 años Hamer López, quien en un sorteo en San Felipe pidió un colchón para sus 7 hermanos.