El hombres no muere mientras se le tenga presente, sino cuando se le olvida. Con esa premisa la familia Rivas, en Colón, que es muy unida, sienten que han perdido a la persona que era el motor de sus vidas, pero que ahora estará junto a Dios anotando canastas de triunfo.
Una casa grande en Gold Hill, Coco Solo, que antes se veía más colorida y llena, la ven apagada y vacía porque ya papá, Pedro "El Mago" Rivas, no se sentará en esa silla para conversar, complacerlos, orientarlos o darles alguna regañadita.
Eso es lo que sienten sus tres hijos, Luz Jaritza, de 21 años, estudiante graduanda de la carrera de Derecho y Ciencias Políticas; Pedro, de 20, que labora en el Ministerio de Salud, y el más pequeño de 12 años, Pablo, que ha seguido la pasión de su padre: el baloncesto.
Para Pedro, la desaparición del jefe de la familia no la ha podido asimilar.
"Mi padre era tan especial. Ojalá todos aprendan a querer a sus padres en las buenas y en las malas, cuando están vivos", expresó.
EL ULTIMO ADIOS
En la Iglesia Catedral de Colón se le dio el último adiós al famoso baloncetista panameño Pedro "El Mago" Rivas.
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