La curiosidad es, sin duda, una virtud. Cuestionarse del porqué de las cosas, intentar conocer el origen de algo, o simplemente preguntar lo que no se entiende, puede ayudarnos a aprender un montón de cosas, muchas de ellas sorprendentes.
Alejandro González Horta, de 39 años, reconoce que desde su nacimiento estuvo bendecido por Euterpe, musa de la música, quien también es llamada "Señora de la Canción". Esta deidad es representada con una flauta y guirnaldas de flores fragantes y frescas. También era la fuente de inspiración y entusiasmo creativo para todo lo que tenía que ver con las artes y las ciencias.
González considera que su objetivo en esta vida es llevar paz y armonía con la música que interpreta. Recuerda que sus padres le dijeron que desde la edad de un año ya estaba cantando. El tiempo transcurrió y su pasión por la música fue creciendo. Prueba de ello es que ha participado en innumerables eventos, que ya perdió la cuenta.
Para él, lo más importante es que cuando está en una de sus presentaciones las personas se deleiten y aprecien lo que su carisma les puede ofrecer. Otro de sus talentos es el teatro, a tal punto que admite que las actuaciones de teatro han marcado su vida, y asume que así su público aprecia la cultura, el arte y la música.
Explicó que aprendió piano con sólo escuchar, en 1981. Posteriormente, de 1983 a 1986 reafirmó sus conocimientos de piano con estudios académicos. Sin embargo, a los 15 años aprendió a tocar guitarra. Hace nueve años ofrece sus servicios profesionales formalmente a todo público, a través de contratos.
Comentó que a partir de 1995 le dijo adiós a ser un músico aficionado. Anteriormente perteneció a la agrupación Blanco y Negro, que todavía existe. Dijo que por allí empezó el negocio, en conjunto con un amigo, quien es el actual director de ese grupo. No obstante, él se apartó de esa agrupación, pues advierte que si se quiere ser mejor en este campo, hay que ser independiente.
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