Ese fue el zurdo boricua de los Gigantes de San Francisco, Jonathan Sánchez, quien después de ser enviado al bullpen y relegado a la perrera el pasado 22 de junio, por su pobre actuación sobre la loma de lanzar, se mandó un partido sin hit ni carrera para someter a los Padres de San Diego a una blanqueada de 8-0.

Sánchez, con cuatro años en las Grandes Ligas, respondió al mánager Bruce Bochy, quien le dio una cosquillita y lo puso de abridor ante los Padres.

Lo más interesante es que lo hizo tras recibir la visita especial de su padre, Sigfredo Sánchez, que llegó procedente de Las Lajas, Puerto Rico.

La hazaña de Jonathan Sánchez es la número 13 en la historia de la franquicia de los Gigantes, la primera desde 1976, cuando John Montefusco blanqueó a los Bravos de Atlanta (9-0) y los dejó sin hits y sin carreras.

El zurdo de Mayagüez perdió la oportunidad de lanzar un juego perfecto, cuando el dominicano Juan Uribe cometió un error en la octava.