Lo hizo de nuevo. El británico Mark Cavendish (Columbia), el esprinter del futuro de brillante, impuso la fuerza de la juventud para apuntarse ayer la octava etapa del Tour de Francia, disputada bajo la lluvia entre Figeac y Toulouse, de 172 kilómetros, en la cita previa de los Pirineos que no alteró la general, con el luxemburgués Kim Kirchen al frente.
Cavendish, ganó el pulso con claridad, sin discusión, con un tiempo de 4 horas, 2 minutos, 54 segundos a una media de 43, 6 kms/hora.
Esta es la segunda exhibición de Cavendish, que ya triunfó en la quinta etapa.
La tercera plaza fue para el francés Jimmy Casper y la cuarta para Oscar Freire.
"En el pasado Giro de Italia también tenía dudas y acabé llegando a Milán", recordó el ganador.
A Cavendish no le asustan los Pirineos, que el pelotón afronta a partir de hoy, ni escalarlos en las malas condiciones climáticas que se vivieron hoy.
"Todo eso es duro, pero lo que es duro de verdad es trabajar en un banco. En el ciclismo hago lo que me gusta, cumplo mi sueño", afirmó.
JORNADA
El Tour entra hoy en los Pirineos con dos etapas consecutivas, una de ellas con final en alto, en Hautacam.
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