Amigos, uno de esos lugares fue el Parque Omar, que permítanme decirles se quedó chiquito para la gran cantidad de familias que fueron a celebrar con sus pequeños. Hay que aceptar que cuando se trata de hacer feliz a un niño, no importa credo, raza o religión.

Eso fue lo que sucedió, precisamente ayer, donde todos los panameños y extranjeros residentes en nuestro país, aportaron su granito de arena para esta gran celebración.

Bueno, si fueron una de las pocas personas que no visitaron el Parque Omar con su familia, les digo que se perdieron de mucho. Por lo menos, de los juegos mecánicos, ricas delicias de la cocina, del calor humano, los gritos de niños y, por supuesto, los regalitos de DIAaDIA; además de subirse a un helicóptero, una lancha, bañarse en piscinas y mucho más.

Tranquilos, no se apuren, pues todavía no se ha acabado el mes del niño, así que aprovechen y disfruten con sus hijos. ¡Felicidades!