Según nos contó Nicolás, ya son 17 años los que lleva en este curioso negocio. Sin embargo, reconoció que la idea le vino al ver a otras personas que iniciaron antes que él. Como sea, Nicolás ya es muy conocido entre los comerciantes de estas áreas, con quienes se detiene a conversar entre cliente y cliente. Se puede decir que a punta de vender té y café, logró sacar adelante a sus dos hijos, que ya no viven con él.

Desde las 6: 00 a.m., este hombre de 44 años despierta, para preparar sus tés y calentar el café en la estufa. A las 9: 00 a.m. está todo listo y sale a vender sus bebidas calientes. A eso de las 3 de la tarde, ya vendió su primera ronda, regresa a su casa, prepara todo de nuevo y vuelve a salir una hora más tarde para retornar a las 9: 00 p.m. "Me va bien, gracias a Dios", dijo.

Así como Nicolás se las ingenió y le ha ido bien, este pequeño comerciante exhortó a las demás personas a que "se sacudan, abran los ojos y despierten, que se pongan un tanque de chicha en el hombro y salgan a trabajar, porque en Panamá se vende hasta el agua en la calle. El que no tiene trabajo es porque no quiere trabajar".

PRECIOS
Vende tés y cafés a B/. 0.15, y a B/. 0.20 si son con leche. A diario, son dos vueltas las que hace para vender sus bebidas.